domingo, 13 de noviembre de 2011

DEBER HACER O QUERER HACER

Algunos momentos o situaciones de nuestras vidas nos lleva a enfrentarnos a nosotros mismos, en una lucha titánica entre el deber hacer y el querer hacer,donde se involucran las obligaciones, de nuestros seres queridos ( padres, pareja, hijos, hermanos), situaciones ineludibles como el trabajo, los quehaceres del hogar, mantenernos saludables entre otras y el derecho de vivir la vida como queremos.
Son conceptos y deseos totalmente diferentes, lo que quiero hacer y lo que debo hacer, donde influye notablemente la circunstancia o el medio que me rodea ( cultura, religión, trabajo, entre otras).
DEBER HACER: Esta marcado por la conciencia y es importante cumplir con estrategias y pautas, está firmemente comandado por el super yo, apegado a la moral, hábitos, buenas costumbres, rectitud y la critica. En oportunidades es carga pesada que nos cambia el carácter y por lo tanto la actitud ante las circunstancia, y buscamos excusas para convencernos que no debo realizar lo que no quiero. Las preguntas mas comunes ¿ por qué debo pasar por esto? ¿por qué me toco a mi? ¿por qué a mi Dios? y cuando no encontramos respuestas a nuestras interrogantes y debemos actuar porque es el deber ser o por nuestro alto grado de responsabilidad se mezclan sentimientos como la tristeza, rabia, nervios, recuerdos, desesperanza.
En esta pugna de deber y querer hacer, la lógica dictaminando la decisión, donde la selección sea lo mas positivo posible y con menos carga de estres, lo mas sano en esta posición es paciencia, sabiduría y fortaleza, lograr controlar las circunstancia para tu beneficio emocional.
QUERER HACER: Genera placer y satisfacción, viene enmarcado por el corazón, es el que nos acelera a lograr ciertos objetivos pero en ciertas ocasiones nos precipitamos al decidir sobre los hechos que nos ocurren, A demás esta contiene una carga energética profunda, ya que viene acompañada por los sentimientos.
Las circunstancias dominadas por el querer hacer no siempre salen bien quizas por falta de organización e incoherencia.
Con la fusión de estas dos fuerzas positivamente equilibradas se puede alcanzar el éxito, ya que se puede ver con claridad los pro y los contras.